ARGUMENTOS A PARTIR DE ANTECEDENTES HISTÓRICOS – REFLEXIONES SOBRE EL EJEMPLO POLACO PARA VENEZUELA
En un artículo anterior señalaba que los argumentos a partir de casos precedentes, en el campo del Derecho, son un tipo de argumento por analogía. Otro uso frecuente de argumentos a partir de antecedentes tiene cabida en el campo de las comparaciones históricas para entender o decidir qué hacer en un momento actual o futuro. A este segundo tipo de analogía la llamaremos argumentación a partir de los antecedentes históricos. En mi situación actual, el uso más importante –y que me afecta directamente– de argumentación por los antecedentes históricos tiene que ver con el contexto venezolano: en esta encrucijada que vive Venezuela se han planteado varios hipotéticos escenarios de transición a la democracia; en algunos de esos escenarios tienen preponderancia las vías negociadoras y electorales; en otros escenarios, en cambio, consideran que en el contexto actual no son posibles tales salidas. Desde la posición pro-electoral es común citar los ejemplos precedentes de Chile, España y Polonia. Desde el lado contra-electoral es más frecuente atacar esos ejemplos supuestamente análogos que brindar contraejemplos (aunque también los hay; de hecho, ninguna de las dictaduras venezolanas, hasta los momentos, se ha extinguido por los votos).
Como
el tema es demasiado amplio y requiere de una investigación rigurosa, de entre
los ejemplos que –prima facie–
parecen más promisorios he escogido solamente uno: la comparación entre el
momento histórico que vive Venezuela y la transición hacia la democracia que
vivió Polonia a finales de los 80. En esta entrada, sin embargo, la
presentación de dicho ejemplo será parcial, porque, como verás, estimado
lector, es imposible analizar esta analogía sin antes tener claro cuál esquema
argumentativo debemos usar: como se hará evidente más abajo, el esquema
argumentativo por los antecedentes históricos difiere del esquema de analogía por las semejanzas clásico (como el que estudiamos en esta entrada). Por ello, primero
deberemos analizar qué forma tiene el argumento y cómo construirlo (o
reconstruirlo) en el ejemplo que nos concierne. A eso nos dedicaremos en esta
entrada.
La
primera pregunta que debemos hacernos ante una empresa como la que me propongo
realizar es ¿con qué fin se hace esta comparación? Específicamente, ¿Cuál puede ser el objetivo de comparar una
situación actual con situaciones históricas precedentes? Confieso que se me
ha hecho difícil determinar qué objetivos –y, en consecuencia, qué tipo de
conclusiones– son comunes en los argumentos a partir de antecedentes históricos;
es un tema que vale la pena estudiar en profundidad. Ahora bien, tomando como
estrategia metodológica generalizar los aspectos básicos a partir del ejemplo
específico que nos concierne, al imaginarme el contexto discursivo venezolano en
el que surgen argumentos a partir de antecedentes históricos, veo que es
plausible que la discusión se origine por una diferencia de opinión sobre qué
acciones son preferibles llevar a cabo en la actual situación de Venezuela para
recuperar, de alguna manera, la democracia. En ese contexto, una de las partes
considera que es preferible algún tipo de vía en la que tenga preponderancia el
sufragio (por ejemplo, que tengan lugar las elecciones regionales que fueron
suspendidas, una elección presidencial adelantada o unas elecciones generales),
pues considera que tal vía tendrá la consecuencia
deseada: el restablecimiento de la institucionalidad democrática o una transición pacífica a la democracia. Hasta aquí el argumentante plantea una
hipótesis que debe ser fundamentada: si tiene
lugar la acción (o la vía) X, obtendremos la consecuencia Y. Para
justificar su hipótesis, el argumentante plantea la semejanza del caso
venezolano con casos que, además, aplicaron una vía semejante a la de su
hipótesis y obtuvieron consecuencias similares a las que desea en el presente
caso. Entre tales casos, el argumentante plantea el caso polaco con el fin de concluir que una vía semejante a la aplicada en Polonia (sea cual sea) tendrá
consecuencias semejantes si es aplicada en Venezuela. A partir de ese contexto
discursivo imaginario –pero plausible– podemos construir el patrón argumentativo general que
siguen los argumentos por los antecedentes históricos como el de nuestro
ejemplo:
Esquema de
argumentación por los antecedentes históricos
Premisa 1:
el caso actual A es semejante al caso
histórico B en las características 1,2,…,n.
Premisa 2:
en el caso B sucedió el hecho X y se
obtuvo la característica Y.
Conclusión:
Por lo tanto, (plausiblemente) si en A llegase
a suceder un hecho similar a X, también se obtendría la característica Y.
Como
puedes observar, las diferencias más importantes con el esquema por analogía clásico
(que ya estudiamos) están en la premisa 2 y la conclusión. Por una parte, en la
premisa 2 se supone que en el caso A no ha sucedido cierto hecho (X) que sí
sucedió en el antecedente histórico B. Por alguna posible conexión (la existencia de dicha conexión es
algo que debe discutirse en las preguntas críticas), en el caso B, el
acontecimiento X, más las características adicionales 1, 2,…,n, condujo a
obtener una característica Y. Por otra parte, la conclusión del argumento por
antecedentes históricos es condicional: se plantea una hipótesis que señala que
si en el caso A sucede un hecho similar a X, entonces también se obtendrá, por alguna
conexión, la característica Y.
En la comparación entre el
caso venezolano y el polaco el esquema argumentativo tendrá,
entonces, la siguiente forma general:
Premisa 1:
el caso venezolano es semejante al caso
polaco de 1989 en las características 1,2,…,n.
Premisa 2:
en
el caso polaco, adicionalmente, se aplicó una vía electoral y,
posteriormente, hubo una transición pacífica a la democracia.
Conclusión:
(plausiblemente) si en Venezuela se aplica
una vía electoral semejante a la polaca, también habrá una transición pacífica a la democracia.
Las
preguntas críticas que podemos formular son casi las mismas que con respecto a
la analogía clásica. Las diferencias más importantes se encuentran a partir de
la cuarta pregunta:
Analogía
por semejanza
|
Antecedentes
históricos
|
(1) ¿Realmente A y B son semejantes en las características
1,…,n? ¿Qué tan semejantes: comparten la misma característica, son parecidos
o tienen la misma función, etc.?
|
(1) ¿Realmente A y B son semejantes en las características
1,…,n? ¿Qué tan semejantes: comparten la misma característica, son parecidos
o tienen la misma función, etc.?
|
(2)
¿Qué tan relevantes son las
características 1,…,n para A y B: son esenciales, circunstanciales,
estructurales o meramente superficiales?
|
(2)
¿Qué tan relevantes son las
características 1,…,n para A y B: son esenciales, circunstanciales,
estructurales o meramente superficiales?
|
(3)
¿Hay características en las que se
diferencien A y B que puedan socavar o debilitar la similitud encontrada
entre estos casos?
|
(3)
¿Hay características en las que se
diferencien A y B que puedan socavar o debilitar la similitud encontrada
entre estos casos?
|
(4)
¿Realmente B tiene la característica
X? ¿Qué tan aceptable es la existencia de esa característica: es
incuestionable, plausible, muy probable, etc.?
|
(4´)
¿Realmente en B sucedió X y se obtuvo la característica
Y? ¿Qué tan aceptable es la existencia de esos sucesos y características: es
incuestionable, plausible, muy probable, etc.?
|
(5)
¿Qué tan relevantes son las
características similares 1,…,n con respecto a X? Es decir, ¿se sabe de
alguna conexión entre las características 1,…,n y X (por ejemplo, relación
causal, correlación, objetivo u origen)?
|
(5´)
¿Qué tan relevantes son las
características (y sucesos) similares 1,…,n y X con respecto a Y? Es decir, ¿se
sabe de alguna conexión entre las características 1,…,n, X y la
característica Y (por ejemplo, relación causal, correlación, objetivo u
origen)?
|
(6)
¿Hay algún un caso, C, tan o más
semejante al caso A que B, pero que no tenga la característica X?
|
(6´)
¿Hay algún caso, C, tan o más
semejante al caso A que B, en el que también sucedió un hecho similar a X, pero
que no tuvo la característica Y?
¿O habrá algún caso actual D tan o
más semejante al caso A que B, en el que se sabe que si sucede un hecho
similar a X, no se obtendrá la característica Y?
|
(7)
¿Hay algún argumento tan o más fuerte
que esta analogía, pero que esté en contra de que A tenga la característica
X?
|
(7´)
¿Hay algún argumento tan o más fuerte
que esta analogía pero que esté en contra de que si en A sucede un hecho
semejante a X, se obtendrá la característica Y?
|
(8)
¿No será preferible, en el presente
contexto, omitir una conclusión sobre si A tiene la característica X hasta
que tengamos más razones?
|
(8´)
¿No será preferible, en el presente
contexto, omitir una conclusión, hasta que tengamos más o mejores razones?
|
Algo
que está implícito en las preguntas críticas, pero que debe quedar claro, es
que no todas las respuestas que impliquen una evaluación negativa del argumento
por analogía (tanto en la analogía por semejanza como en la analogía por el de antecedentes históricos) conducen a
las mismas consecuencias con respecto a la conclusión de dicho argumento. En el
caso de las preguntas que tienen que ver con la aceptabilidad y la relevancia
de las premisas (de la primera a la quinta)
las respuestas que implican que una evaluación negativa del argumento no
conducen, automáticamente, a suponer que su conclusión es falsa, sino a que
dicha conclusión no está bien fundamentada (suponiendo que no haya otros
argumentos que la sustenten). Por ejemplo, aunque los casos citados no sean
semejantes, o las características no sean relevantes para concluir que el caso
actual tendrá alguna característica adicional, puede ser que haya otras razones
importantes para sostener que, de todas formas, el caso actual tiene o tendrá
la característica adicional en cuestión. Esto quiere decir que, aunque el
argumento no pase alguna de las preguntas de la primera a la quinta, la contraparte
necesitará razones adicionales que fundamenten la posición que niega que A
tenga o pudiera tener la característica discutida. Lo mismo sucede con la octava pregunta: el hecho de que
consideremos que el argumento no tiene la fuerza suficiente para llegar a una
conclusión positiva, no quiere decir que es falso que el caso A tenga la
característica pretendida. En cambio, las preguntas
6 y 7, si son respondidas afirmativamente, conducen a la conclusión de que
el caso A no tiene la característica adicional del caso B; en esa situación
decimos que el argumento por analogía ha sido refutado.
Volviendo
al ejemplo venezolano, si aceptamos el esquema que hemos bocetado como punto de
partida, podemos llenar los vacíos con más resolución. Como he señalado al
principio, en esta entrada no haré la comparación entre ambos casos (el
venezolano y el polaco), pero esbozaré las características mínimas que deben
ser estudiadas para tener un argumento más preciso. Aceptando que en Polonia
hubo una transición pacífica hacia la democracia, nos queda por estudiar: (a) ¿cuáles son las semejanzas 1,2,…,n
entre el caso polaco y el venezolano? Y (b)
¿cuál fue, exactamente, la vía aplicada en Polonia en 1989? Nota que con estas
dos preguntas no estamos planteándonos la evaluación del argumento, porque ni
siquiera tenemos un argumento completamente construido, solo estamos dándole
forma definitiva a la analogía a partir del antecedente histórico.
Para
terminar, especificaré un poco más lo que necesitamos con respecto a las características
semejantes de la premisa 1 (a). Creo
que es necesario dividir, en líneas generales, las características relacionadas
con los actores y las
características relacionadas con el
contexto. Entre las características relacionadas con los actores debemos,
además, subdividir entre actores
principales y actores secundarios
con efectos importantes en las decisiones. Lo más importante, en cuanto a
dichos actores, son las actitudes que tienen o tuvieron ante la situación
general del respectivo país. Por ejemplo, en el caso polaco los actores principales están
claramente definidos, los líderes del movimiento obrero opositor Solidaridad (entre
ellos, Lech
Wałęsa) y el gobierno comunista bajo el mando del dictador Wojciech Jaruzelski. Entre los actores
secundarios pero importantes están (pero puede ser discutido) la iglesia
católica, representada especialmente en la figura del Papa Juan Pablo II; la población
polaca; los militares y, en un ámbito externo, la Unión Soviética y Estados
Unidos. Con respecto a tales actores es necesaria una indagación sobre las actitudes
que tomaron antes y durante las decisiones que condujeron a la transición pacífica hacia la democracia. En cuanto a las características
de contexto, es importante investigar el marco social, legal, económico,
político interno, político externo, cultural e histórico. Una vez determinadas
dichas características, para el caso polaco, debemos preguntarnos cuáles de
éstas son similares al caso actual venezolano.
¿Vale
la pena, en nuestra situación actual, hacer ese trabajo? Es la pregunta del
millón de Dólares (Dólares, porque los Bolívares están muy devaluados). No me
parece un ejercicio banal, pero, posiblemente, tampoco constituya el argumento
definitivo en uno u otro sentido. Mucha gente se siente persuadida por los
argumentos a partir de los antecedentes, pero, muchas veces, porque parten de
un supuesto erróneo: que la historia se repite. La historia no se repite, pero
hay contextos y situaciones semejantes de los que podemos aprender. La conclusión
de los argumentos por los antecedentes históricos, incluso luego de pasar por
el tamiz de las preguntas críticas, no debe tomarse como más que una hipótesis
de la cual surjan recomendaciones y sugerencias de acción. Ante situaciones
abiertas y en desarrollo son frecuentes las sorpresas, los cisnes grises y los
cisnes negros (algún día hablaremos de ellos); esto hace que nuestros
argumentos sean derrotables y meramente plausibles. Por eso, si una recomendación
debemos seguir en los análisis argumentativos de situaciones tan complejas es la
prudencia, una rigurosa, racional y rigurosamente racional prudencia.
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