GUÍA DE ARGUMENTOS – FALACIA DEL CRITERIO ABSOLUTO
La falacia del criterio absoluto puede
verse como un tipo de falacia de la barba (ver aquí), sin embargo, tiene
ciertas características que la hacen distinguible. Mientras que en la falacia
de la barba se objeta que haya una distinción real entre lo que se ajusta a una
definición y lo que no; en la falacia
del criterio absoluto no se niega que exista una distinción, sino que se rechaza
el criterio usado en la definición y, de manera implícita, se impone un criterio extremo. De manera que en la práctica la
definición deja de tener utilidad.
Esquema de la falacia:
Suponiendo
que se pueden distinguir los extremos de X y no X (por ejemplo, barba y no
barba), y suponiendo la existencia de una definición D cuyo criterio 1
distingue los X de los no X.
Premisa 1: el criterio 1 de la definición D (que distingue los X
de los que no son X) es vago o borroso
Conclusión: el criterio 1 debe ser cambiado por el criterio 2 (donde
el criterio 2 solo permite distinguir casos extremos de X que en la práctica son casi imposibles que tengan lugar)
Pese
a que una razón para cambiar los criterios de una definición es que esos
criterios sean borrosos (aunque hay muchos casos en los que es inevitable que
lo sean), la aceptación de una nueva definición depende de que sea una mejor
definición, con mejores criterios. Cuando tiene lugar la falacia de criterio
absoluto la conclusión (la nueva definición) no está bien fundamentada, pues la nueva definición es mucho peor que la
rechazada, imposibilita en la práctica hacer una
distinción útil y, por tanto, es un obstáculo para la
discusión racional.
Por
ejemplo, caemos en la falacia del criterio absoluto si, en rechazo de cierto
criterio borroso, pero razonable, para distinguir entre calvo y no-calvo, imponemos una definición
en la que ser calvo es igual a no tener ni un solo cabello. Esa distinción solo
serviría para casos muy extremos, e implicaría que Homero Simpson no es calvo,
porque tiene cuatro pelos en la cabeza.
Ejemplos y reflexiones en el blog:
- Falacia de la barba, criterios borrosos y argumentos en Venezuela (aquí)
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