MINI-GUÍA: CÓMO CONSTRUIR Y ORGANIZAR ARGUMENTOS


En esta entrada te dejaré algunas recomendaciones generales para organizar argumentos con respecto a cualquier tema. Ya sea que estés realizando un trabajo crítico sobre alguna postura, reflexionando sobre algún tema o intentando decidir qué hacer ante cierto problema, es bueno tener a mano algunas indicaciones mínimas para construir argumentos, porque muchas veces la tarea puede volverse abrumadora.

Antes de pasar a las recomendaciones, debemos aceptar una suposición básica: supondremos que el tipo de discusión en la que se pretende argumentar es una discusión racional (o discusión crítica): es una discusión que tiene su origen en una diferencia de opinión que las partes aceptan resolver mediante argumentos. Esa discusión puede darse públicamente o en tu fuero interno (en este caso, tú mismo te pones en la posición de ambas partes, a favor o en contra), siempre que exista un problema que resolver y que se acepte dar los mejores argumentos posibles a favor o en contra de ese problema. Sin más preámbulos, esta es la mini-guía de construcción de argumentos:
   
Paso 1 -  Identifica el tema o problema general que se pretende discutir.

Suponiendo que existe un desacuerdo, analiza si lo que amerita el tema son argumentos. Es posible que el tema sea no argumentativo, por ejemplo, que se pidan las causas de ciertos sucesos o una descripción de algún objeto.

Por ejemplo, un desacuerdo puede ser si debe permitirse, en tu país, la producción de marihuana. Existe el desacuerdo porque hay quien considera que no debe permitirse, y hay quien considera que sí.

Si resulta que el tema amerita argumentos, ve al paso 2.

Paso 2 -  Determina tu posición con respecto al problema.

La posición que tomes con respecto al problema discutido será la conclusión más general que debes defender

Antes de que busques razones en defensa de tu posición, analiza si realmente hay un conflicto con la otra parte. Es posible que, después de todo, al aclarar las posiciones, ambas partes estén de acuerdo total o parcialmente. Si el acuerdo es total, seguramente no necesitarán argumentar (a menos que los argumentos se dirijan a reforzar el convencimiento de una audiencia). Si el acuerdo es parcial, dependiendo del tipo de discusión, se puede pasar a otro tipo de actividades discursivas (por ejemplo, negociar los desacuerdos cuando el problema es sobre una acción que hay que llevar a cabo) o centrarse en argumentar con respecto a esos puntos en conflicto.

En el caso de si se debería permitir la producción de marihuana en tu país, pregúntate si estás a favor o en contra. Esa será tu posición. Si la otra parte considera que se debe permitir, pero solo hasta cierta cantidad, y tú consideras que se debe permitir sin límites, entonces el desacuerdo es parcial. Si, en cambio, tú crees que se debe permitir y la otra parte considera que no, el desacuerdo es total.

Si aún necesitas argumentar, ve al paso 3.

Paso 3 - ¿Por qué tomas esa posición respecto al problema? Es decir, determina tus principales razones.

Sé responsable: investiga y cita las fuentes de las que tomas tus razones. Sé cuidadoso: analiza si tus razones realmente apoyan la posición a la que quieres llegar; no caigas en una falacia de irrelevancia (que tus premisas no sean relevantes o sean muy débiles para defender la conclusión).

Por ejemplo, ¿por qué estás a favor (o en contra) de permitir la producción de marihuana en tu país? ¿Cuáles son tus razones? ¿Cuáles son los datos, pruebas, evidencias que apoyan tu posición?

Dirígete al paso 4.

Paso 4 - Arma tu argumento uniendo las partes mediante algún marcador o identificador argumentativo (más abajo te muestro algunos*), de manera que sea fácil para los oyentes identificar tu punto de vista y tus razones.

Aunque en algunos casos la ambigüedad puede jugar a tu favor, también puede jugar en tu contra, pues tal vez los demás malinterpreten tu punto de vista o no le den la importancia que se merece por culpa de que tus argumentos son confusos. Pero, más aún, recuerda que en las discusiones críticas lo importante es la resolución del conflicto con los mejores argumentos, así que no es una estrategia éticamente correcta intentar confundir a tu oponente o a la audiencia.

Una manera de articular tus argumentos mediante marcadores es la siguiente: toma tu posición, supongamos que es «no debe legalizarse la producción de marihuana», agrégale un marcador «no debe legalizarse la producción de marihuana, porque ________ (razón)» o «por cuanto ___________ (razón), concluyo que no debe legalizarse la producción de marihuana».

*Algunos marcadores: porque, por lo tanto, pues, en conclusión. Date cuenta de que algunos van antes de la premisa/razón y otros van antes de la conclusión («porque» y «pues» van antes de una premisa o razón, «por lo tanto» y «en conclusión» van antes de la conclusión).

Sigue al paso 5.

Paso 5 - Pregúntate si alguna de las razones que apoyan tu conclusión ha sido cuestionada o no es aceptada por la otra parte, o, al menos, pudiera ser cuestionada por la otra parte o no ser aceptada por la audiencia a la que te diriges.

Si la respuesta es afirmativa, hay un posible sub-problema que se debe resolver. En tal caso, debes dar razones en defensa de tu premisa, de manera que estás armando un sub-argumento (un argumento que apoya a tu primer argumento). Para armar tu sub-argumento es conveniente volver al punto 2.

Por ejemplo, si tu argumento es «no debe legalizarse la producción de marihuana, porque aumentará el delito», es muy probable que tu potencial contraparte ponga en tela de juicio que la producción de marihuana aumente el delito. Adelantándote a su posible cuestionamiento de tu premisa, deberías buscar datos que muestren que esa premisa está bien fundamentada. Si encuentras esos datos (supongamos, una investigación de la Universidad X), puedes formar un sub-argumento «dada la investigación de la Universidad X, concluyo que la producción de marihuana aumenta el delito».

Si la respuesta es negativa, sigue al paso 6.

Paso 6 - ¿Tienes varias razones paralelas que apoyan la misma conclusión?

Si la respuesta es negativa, sigue al paso 7.

Si la respuesta es afirmativa, por cada razón puedes llevar a cabo los puntos de 2 a 5. Sin embargo, es importante organizar todas las razones de manera clara. Para lograr tal organización, una vez construidos cada argumento a favor de la misma conclusión, agrega expresiones como «además», «otra razón», «en primer lugar…en segundo lugar…», «aunado».

Por ejemplo: supongamos que tienes las razones 1 y 2 (cualesquiera que sean) en apoyo de «no debe legalizarse la producción de marihuana», y has armado los argumentos «no debe legalizarse la producción de marihuana, porque razón 1» y «por cuanto razón 2, concluyo que no debe legalizarse la producción de marihuana». En ese caso, puedes agregar la frase «aunado» de la siguiente manera:

«Por cuanto razón 2, concluyo que no debe legalizarse la producción de marihuana. Aunado a lo anterior, no debe legalizarse la producción de marihuana, porque razón 1».

También puedes abreviar un poco más si lo organizas de esta manera con «además»:

«Por cuanto razón 2, concluyo que no debe legalizarse la producción de marihuana. Además de razón 1». 
Usando «otra razón» quedará así:

«No debe legalizarse la producción de marihuana, porque razón 1. Otra razón por la que no debe legalizarse la producción de marihuana es razón 2».

Mi manera preferida de organizar varias razones es enumerándolas:

«No debe legalizarse la producción de marihuana por las siguientes razones: en primer lugar, porque razón 1; en segundo lugar, por cuanto razón 2».

Al finalizar con la organización de las razones paralelas, ve al paso 7.


Paso 7 - Felicitaciones, ya debes haber armado tus argumentos bien organizados, puedes terminar aquí si no faltan problemas que discutir ni razones que articular.


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