GUÍA DE ARGUMENTOS – EL DILEMA
En sentido estricto, los dilemas son situaciones
argumentativas en las que existen dos opciones excluyentes entre sí (una o la
otra, pero no, ambas) que conducen a una misma
conclusión. Normalmente, se habla de dilema cuando se considera esa conclusión como una consecuencia
inaceptable o mala. Sin embargo, nada obsta para que hablemos de dilemas cuando
la conclusión es neutral o cuando es vista como buena (dilema positivo).
El esquema
básico del dilema es el siguiente:
Premisa 1 (disyuntiva): o tiene lugar (hacemos) A o
tiene lugar (hacemos) B
Premisa 2: si tiene lugar (hacemos) A, entonces (necesaria o
plausiblemente) tendrá lugar C
Premisa 3: si tiene lugar (hacemos) B, también (necesaria o
plausiblemente) tendrá lugar C
Conclusión: tendrá lugar C
Como decíamos, normalmente, cuando se habla de
dilema el acaecimiento de C es un hecho negativo para los argumentantes o su
auditorio. Pero nada obsta para el llamado dilema
positivo si el hecho C es algo bueno para argumentantes o auditorio. También
es importante que notes que las premisas del argumento pueden ser, a su vez,
apoyadas en otras premisas. Por ejemplo, puede ser que debamos probar que si
tiene lugar A, tendrá lugar C.
La fuerza o plausibilidad de las premisas 2 y 3
puede usarse para dividir los dilemas en dos tipos. (1) Si los condicionales de las premisas 2 y 3 son necesarios, el dilema es deductivo. Es decir, cuando necesariamente tendrá lugar C, sea que
tenga lugar A o sea que tenga lugar B, estamos ante un dilema deductivo. (2) Si,
en cambio, la consecuencia C es altamente probable o plausible, pero no es necesaria,
podemos hablar de un dilema plausible.
Esta división, más la de los dilemas en positivos y negativos, puede plantearse
en una matriz:
Consecuencia mala
|
Consecuencia buena
|
|
Consecuencia necesaria
|
Dilema
(negativo) deductivo
|
Dilema
(positivo) deductivo
|
Consecuencia
Plausible
|
Dilema
(negativo) plausible
|
Dilema
(positivo) plausible
|
Por su parte, el
dilema moral es un tipo de dilema cuya consecuencia es moralmente mala. Es decir, se
está ante un dilema moral si cualquiera de las dos acciones que podemos
realizar implica una falta moral.
El esquema básico del dilema moral:
Premisa 1 (disyuntiva): o hacemos A o hacemos B
Premisa 2: si hacemos A, entonces (necesaria o
plausiblemente) tendrá lugar C, que es moralmente incorrecto
Premisa 3: si hacemos B, entonces (necesaria o
plausiblemente) tendrá lugar D, que también es moralmente incorrecto
Conclusión: de cualquier manera
cometeremos una falta moral (haremos algo moralmente incorrecto)
Ejemplos
Ejemplo
de dilema negativo
En el contexto de unas elecciones, alguien plantea
el siguiente argumento dilemático:
Gane el candidato de izquierda o gane el candidato de derecha, nos irá mal: el de izquierda seguramente causará que bajen las inversiones y la economía decrezca. Mientras que el de derecha hará que el costo de la vida aumente.
La reconstrucción de este argumento puede
plantearse en los siguientes términos:
Premisa 1 (disyuntiva): o gana el candidato de
izquierda o gana el candidato de derecha
Premisa 2: si gana el candidato de izquierda, bajarán las inversiones
y la economía decrecerá (lo que nos perjudica)
Premisa 3: si gana el candidato de derecha, el costo de la
vida aumentará (lo que también nos perjudica)
Conclusión: gane el de izquierda o el de
derecha, nos irá mal
Nota que esta reconstrucción se puede plantear de
manera mucho más detallada. Se pudiera tomar el contenido de la premisa 2 como
el fundamento de una sub-conclusión cuyo contenido sea lo que está entre
paréntesis (que eso nos perjudica). Nota también que nada impide que el
fundamento de las premisas 2 y 3 sea planteado de manera hipotética o mediante
otro tipo de argumentos. Por ejemplo, pudiera ser que el argumentante plantee argumentos hipotéticos por casos: «supongamos que gana el de la izquierda, en ese caso
estatizará empresas, regulará precios, etc., esto causará que bajen las
inversiones y decrezca la economía, de manera que nos perjudicará (…) y
supongamos que gane el de derecha…».
Ejemplo
de dilema moral
Un dilema moral muy famoso y que está de moda con
la robotización de los automóviles (en esta página puedes jugar con este dilema) es el dilema del tranvía. La
siguiente es una versión del dilema:
Vas en un automóvil con dos pasajeros y pierdes los frenos. Si sigues en la misma dirección, es seguro (supongamos que es así) que morirán cinco peatones; mientras que si desvías el automóvil para cualquiera de los lados, morirán los dos pasajeros. ¿Qué haces?
El dilema moral –lo básico– que se puede
reconstruir es:
Premisa 1 (disyuntiva): o seguimos en la misma
dirección o nos desviamos
Premisa 2: si seguimos en la misma dirección, entonces
(necesariamente) mataremos cinco peatones, lo que es moralmente incorrecto
Premisa 3: si desviamos el automóvil, entonces
(necesariamente) mataremos a los dos pasajeros, lo que también es moralmente
incorrecto
Conclusión: de cualquier manera
cometeremos una falta moral (haremos algo moralmente incorrecto)
Evaluación
(y ataque) de dilemas
Las siguientes preguntas sirven para evaluar dilemas, pero también pueden ser útiles para determinar qué estrategia seguir para atacar el dilema propuesto por la otra parte de una discusión:
(1) ¿Son aceptables
las premisas?, específicamente:
(1.1) ¿Realmente estas dos opciones agotan todas
las opciones viables? ¿No hay una tercera opción viable o razonable?
(1.2) ¿Realmente no es posible, correcto o viable
la realización de ambas acciones que se presentan como excluyentes?
(1.3) ¿Es aceptable que si tiene lugar (o hacemos)
A, entonces (necesaria o plausiblemente, según el caso) tendrá lugar C? ¿Es
necesario, muy probable o algo plausible que sucederá C?
(1.4) ¿Es aceptable que si tiene lugar (o hacemos)
B, entonces (necesaria o plausiblemente, según el caso) tendrá lugar C? ¿Es
necesario, muy probable o algo plausible que sucederá C?
(2) ¿Está bien
fundamentada la conclusión?, específicamente:
(2.1) ¿Se puede plantear un contradilema negando la
conclusión?
(2.2) ¿Hay argumentos más fuertes que contradigan
la conclusión?
(2.3) ¿No será preferible suspender el juicio con
respecto a la conclusión del dilema hasta que haya más información o nuevas
razones?
Una observación con respecto a las preguntas
evaluativas del dilema. En un famoso libro de introducción a la Lógica (Copi & Cohen) se señalan tres formas de atacar o zafarse de un
dilema: (a) probar que es falsa la disyunción inicial, (b) negar las
consecuencias de uno o ambos casos –a esto se le llama «tomar el dilema
por los cuernos»– o (c) plantear un contradilema. Como puedes
ver, las preguntas críticas que hemos planteado contienen estos tres
movimientos de manera un poco más detallada: el movimiento a se corresponde con
las preguntas 1.1 y 1.2, el movimiento b se corresponde con las preguntas 1.3 y
1.4, y el movimiento c se corresponde con la pregunta 2.1.
Contradilema
Un contradilema toma la misma disyunción de la que parte un dilema pero lo
conduce a la negación de sus consecuencias. Es posible construir un contradilema cuando se puede dar una lectura distinta a las
consecuencias planteadas por el dilema. Un ejemplo de juguete es el siguiente:
Dilema: o compro un sándwich o compro una soda. Si compro un sándwich, entonces me quedaré con sed. Pero si compro la soda, me quedaré con hambre. De cualquier manera dejaré de satisfacer una necesidad.
Contradilema: partiendo de la misma disyunción, si compras un sándwich, saciarás tu hambre; y si compras la soda, saciarás tu sed. Por lo tanto, de cualquier manera satisfarás una necesidad.
El ejemplo más famoso del uso de un contradilema es el que da Eulato en la paradoja de Protágoras (o paradoja de la corte). Una versión de
este ejemplo pueden conseguirla en Copi & Cohen, también en Wikipedia.
Protágoras (un famoso sofista de la antigua Grecia) tomó como alumno a Eulato. Cuando Eulato estuvo listo para argumentar en las cortes, como no tenía dinero para pagar sus estudios, Protágoras propuso que Eulato le pagara cuando ganara su primer juicio. Pasado un tiempo sin que Eulato tomara casos en juicio, Protágoras demanda el pago de sus servicios ante la corte. Como buen argumentante, Protágoras plantea el siguiente dilema: o Eulato gana el juicio o lo gano yo. Si lo gano, entonces Eulato debe pagarme, y si gana Eulato, también debe pagarme (porque ganó su primer juicio).
Eulato, como buen alumno de Protágoras, planteó un contradilema: o Protágoras pierde el juicio o lo pierdo yo. Si lo pierde Protágoras, no estoy obligado a pagarle; si lo pierdo yo, no habré ganado aún mi primer juicio, de manera que tampoco debo pagarle.
Por cierto, ¿qué harías si fueras juez de esta causa?
Ejemplos en el blog
¿Cambio para elecciones o elecciones para el cambio? dilemas y falsos
dilemas (aquí)
Referencias bibliográficas
Copi, Irving, y Cohen, Carl. (2000). Introducción a la Lógica. Editorial
Limusa.
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