GUÍA DE ARGUMENTOS – FALSOS DILEMAS



En el artículo anterior estudiamos varios tipos de dilemas. Muchas veces, sin embargo, se habla de dilema para referirse a una disyunción exclusiva («esto o lo otro, pero no ambos») en un argumento llamado silogismo disyuntivo (ya lo veremos). Tanto en el dilema en estricto sentido como en el silogismo disyuntivo la disyunción exclusiva es su premisa principal. Pues bien, un falso dilema o falsa dicotomía tiene lugar cuando la premisa disyuntiva no es aceptable.

Veamos el esquema de los silogismos disyuntivos:

Premisa 1: A o B
Premisa 2: es falso que A
Conclusión: es verdad B

Al igual que en los dilemas en sentido estricto, en los silogismos disyuntivos las preguntas con respecto a la aceptabilidad de la premisa 1 son dos:

(1) ¿Realmente estas dos opciones agotan todas las opciones viables? 
(2) ¿Realmente no es posible, correcto o viable la realización de ambas acciones que se presentan como excluyentes?

Si la respuesta ante una de estas preguntas es negativa, entonces estamos ante un falso dilema (falsa dicotomía). Es decir, habrá un falso dilema si descubrimos que hay otras opciones viables –que las opciones no se agotan con las dos propuestas en la disyunción– o si nos damos cuenta de que ambas opciones planteadas no son exclusivas –la realización de una no excluye la realización de la otra–.

Como señala Trudy Govier (2010: 382), es posible que las falsas dicotomías se produzcan por nuestra tendencia a sobre-simplificar el mundo en el que vivimos, por el sesgo de ver todo en términos maniqueos, de blanco y negro, de bueno y malo. Y estas falsas creencias, producto de ese sesgo cognitivo, pueden llegar a ser muy persuasivas al formularse silogismos disyuntivos o dilemas en sentido estricto.

Ejemplos

Los siguientes ejemplos los he conseguido (en inglés) aquí.

Los buenos alumnos estudiarán y aprenderán sin necesidad de la amenaza de un examen, mientras que los malos alumnos no estudiarán ni aprenderán incluso con la amenaza de un examen. Por tanto, los exámenes no tienen ningún propósito.

Este argumento dilemático suena bastante persuasivo la primera vez que se lee. Creo que en parte es porque, si te das cuenta, la premisa más importante, la premisa disyuntiva, está implícita. Eso que está implícito en el argumento es que en los salones de clases solo hay dos tipos de alumnos, buenos y malos: o eres buen alumno o eres mal alumno. El argumento nos esconde su propio error: es evidentemente falso que solo haya dos tipos extremos de alumnos, lo normal es que haya alumnos que cumplan los objetivos si son presionados por las notas de los exámenes, y son escasos tanto los que estudiarán aunque no haya examen como los que no lo harán aunque de ello dependa su vida académica.

¿Me preguntas que cómo sé que estás en problemas financieros? Es simple: en una economía capitalista o ganas a lo grande o pierdes a lo grande, y sé que no eres uno de los grandes ganadores.

El argumento se puede reconstruir de la siguiente manera:

Premisa 1: en el capitalismo, o ganas a lo grande o pierdes a lo grande (no hay una tercera opción)
Premisa 2: es falso que tú hayas ganado (financieramente) a lo grande
Conclusión: es verdad que has perdido (financieramente) a lo grande

Nuevamente, el problema del argumento, lo que lo convierte en un falso dilema, es que la premisa 1 no es aceptable. No es verdad que en el capitalismo no haya opciones intermedias; de hecho, en las economías capitalistas es una característica común la enorme población de clase media (y esperemos que siga así).


Ejemplos en el blog

¿Cambio para elecciones o elecciones para el cambio? dilemas y falsos dilemas (aquí)


Fuentes bibliográficas

Govier, T. (2010). A practical study of argument. Wadsworth, Cengage Learning.




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