EL PRINCIPIO DE COOPERACIÓN EN LA ARGUMENTACIÓN
Hace unas semanas se hizo más o menos viral la siguiente foto del examen de
una niña de 7 años:
Como muchos otros que han comentado en las redes, creo que esa respuesta, a tan temprana edad, implica gran inteligencia y creatividad. Pero algo
que me pareció interesante es que lo que vemos como una respuesta inteligente
en un niño hubiera sido calificado como un intento infortunado de parecerlo
para una máquina o un adulto. Si, por ejemplo, alguna inteligencia artificial dotada de algoritmos, no sé, de aprendizaje profundo, nos hubiera lanzado esa
respuesta, consideraríamos que ha fallado al captar una regla implícita entre
los hablantes. Esa regla tiene nombre: principio
de cooperación conversacional (H.P. Grice):
Haga usted su contribución a la conversación, tal y como lo exige, en el estadio en que tenga lugar, el propósito o la dirección del intercambio que usted sostenga
Es decir, una persona, cuando se comunica con otra, solo tiene la
obligación de contribuir tanto como se lo exija el contexto para poder ser
entendido. No, menos; pero tampoco, más. En el caso en cuestión, la maestra que diseñó el
examen ha sido lo suficientemente cooperativa como para ser entendida por los
niños: por la dirección de los perritos y por su posición en el papel debemos
suponer que todos han salido de la caja.
El principio de cooperación conversacional se puede dividir en (al menos)
cuatro categorías: cantidad, calidad, resultado y modo. Veamos
sucintamente qué señala cada una:
- Cantidad: Haga usted que su contribución sea tan informativa como sea
necesario (pero no, más).
- Calidad: trate que su contribución sea verdadera (sincera, no espuria).
- Relación: vaya usted al grano, que su contribución sea relevante para los fines propuestos.
- Modo: sea perspicuo (no sea oscuro o ambiguo al expresarse, proceda con
orden pero no sea innecesariamente prolijo o abundante).
Siendo más específicos, detallar con mucha mayor precisión el dibujo para
que se entendiera sin lugar a dudas que los perritos salían de la caja, aparte
de un gasto de recursos innecesario, hubiera violado una de las sub-máximas que
forma parte la categoría de cantidad:
No haga usted que su contribución resulte más informativa de lo necesario
Desde el punto de vista de quien interpreta las proferencias del
hablante, pedir más información (o claridad, organización, etc.) de la necesaria
para entender el mensaje en el contexto puede llegar a ser una explotación incorrecta del principio de
cooperación conversacional: el intérprete obstruye los fines de la comunicación al pedir más de lo
necesario a un hablante que ha sido suficientemente cooperativo. Más aún si el
intérprete objeta o rechaza el mensaje del hablante cuando el hablante ha actuado como se espera que lo haga en el contexto.
En fin, la creatividad de la niña reside en que ha explotado una máxima que, en situaciones normales, aceptamos implícita y automáticamente; pero esa conducta, en una máquina, implicaría incomprensión del mundo humano, a menos que haya sido una «actitud intencional» con otros objetivos (molestar al humano, jugarle una broma, etc.).
En fin, la creatividad de la niña reside en que ha explotado una máxima que, en situaciones normales, aceptamos implícita y automáticamente; pero esa conducta, en una máquina, implicaría incomprensión del mundo humano, a menos que haya sido una «actitud intencional» con otros objetivos (molestar al humano, jugarle una broma, etc.).
Moraleja hasta aquí: si usted quiere colmar la paciencia de un profesor, explote el
principio de cooperación, pídale que aclare alguna de las cosas que ha supuesto
siguiendo las máximas conversacionales de Grice.
El principio de cooperación en
la argumentación
¿Qué sucede en la argumentación?, ¿se debe cumplir con algo como el
principio de cooperación de Grice? Al parecer, sí. Lo llamaremos
principio de cooperación argumentativa:
Deben brindarse argumentos suficientemente (pero no más de lo necesario) informativos, claros, sinceros y fuertes para cumplir los fines de la discusión de acuerdo con el contexto en el que ha sido planteada
Y, al igual que en el principio de cooperación conversacional, también quien interpreta,
el analista argumentativo, debe cooperar en la comprensión correcta del
argumento brindado. Haciendo un poco más concreta esta obligación del
analista argumentativo, apliquemos las cuatro categorías del principio de
cooperación al caso de los argumentos:
- Cantidad: el argumentante debe dar la información necesaria para
entender su argumento, pero no más. Y así debe suponerlo (en principio) el analista. Específicamente, (1.1) se
supone que el argumentante pretende generalizar sus premisas hasta donde es razonable (esta suposición a veces es llamada principio de maximización de la información) y (1.2) que si el argumento es incompleto
es porque hay una premisa implícita que no era necesario hacer pública en el
contexto.
- Calidad:
el argumentante debe brindar razones con la fuerza suficiente para apoyar su
opinión según el contexto. Y, en principio, esto debe ser supuesto por el
analista. Específicamente, (2.1) se
supone (prima facie) que el
argumentante es racional, de manera que, a menos que haya pruebas en contrario,
no ha cometido una falacia u otro tipo de error argumentativo (esta suposición
puede ser llamada principio de
racionalidad); (2.2) entre
varias interpretaciones razonables de un argumento, se supone (prima facie) que el argumentante tenía
en mente alguna de las mejores (este principio es llamado principio de caridad).
- Modo: el argumentante debe ser suficientemente claro, y tan
prolijo y abundante como sea necesario según el contexto. El analista debe tomar en cuenta esto, especialmente cuando los argumentos estén meramente sugeridos.
Veamos algunos ejemplos en los que se cumplen (o incumplen) estas máximas.
(1) En una conversación entre conocidos, es claramente comprensible un argumento como
«en mi oficina son unos engreídos, siempre están pavoneando sus éxitos». Quien lo profiere deja implícitas algunas cosas, pero un buen
intérprete debe entenderlas:
1.1- seguramente no son todos los de la oficina, porque eso lo incluiría a
él; lo más plausible es que sea un grupo relativamente numeroso con el que
tiene encuentros más o menos frecuentes (maximización informativa y modo);
1.2 - cuando dice «siempre» no quiere decir que sea a cada instante, eso es
humanamente imposible, seguramente es más o menos frecuente (calidad y modo);
1.3 - el argumentante deja implícita una premisa evidente: las personas que pavonean sus éxitos son (normalmente) engreídas (cantidad).
(2) En una conversación sobre si mi amigo Juan estará en su
casa, señalo «no está, porque llamo a su casa y no contesta». El intérprete
debe reconstruir mi argumento de manera que:
2.1- se supone que «llamo a su casa y no contesta» se trata de Juan y su
casa (resultado), lo mismo con «no está»;
2.2- no he querido decir que es imposible que Juan esté en su casa, sino
que es probable o plausible que no esté (calidad);
2.3- hay una premisa implícita que puede reconstruirse como «si llamas a la
casa de alguien y no contesta, entonces es plausible que esa persona no esté en
su casa», pero no debe reconstruirse de manera que sea fácilmente rebatible,
por ejemplo «necesariamente, cada vez que llamas a la casa de alguien y no contesta
es porque esa persona no está en su casa» (información y calidad);
2.4- además, es muy plausible que yo quiera usar esa regla para otros
casos, no solo para el caso de Juan, de manera que es preferible maximizar la
regla –no solo decir «si llamas a la casa de Juan y no contesta, entonces es
plausible que Juan no esté en su casa»– (información).
(3) Ante la expresión «¡apúrate!, ¿o es que quieres llegar tarde a la
función?», el analista debe tener en cuenta, entre otras cosas:
3.1- La pregunta es retórica: lo que se quiere decir es que si el oyente
no se apura, entonces llegarán tarde a la función (modo, cantidad);
3.2- llegar tarde a la función es algo malo para el oyente, es una mala
consecuencia (información);
3.3- de manera que la expresión es un argumento sugerido. El analista no puede rechazar el argumento por poco claro (modo).
En resumen, en una discusión crítica, donde se supone que el conflicto de opiniones se desea resolver mediante los mejores argumentos posibles, las partes deben cooperar en la construcción, interpretación y evaluación de los argumentos. Por eso, es necesario seguir un conjunto de máximas análogas a las que conforman el principio de cooperación conversacional de Grice. Quien no cumple con dichas máximas pone en peligro la resolución racional del conflicto.
En los próximos artículos hablaremos sobre dos temas relacionados al principio cooperativo en la argumentación: el principio de caridad (que, como vimos, sería parte de la categoría de calidad del principio cooperativo) y una falacia que explota incorrectamente el principio de cooperación argumentativa: la falacia del espantapájaros (o del hombre de paja).
En los próximos artículos hablaremos sobre dos temas relacionados al principio cooperativo en la argumentación: el principio de caridad (que, como vimos, sería parte de la categoría de calidad del principio cooperativo) y una falacia que explota incorrectamente el principio de cooperación argumentativa: la falacia del espantapájaros (o del hombre de paja).
Referencia bibliográfica:
H.P. Grice (1991). Lógica y conversación, en La búsqueda del significado. Ed. Tecnos.
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