CÓMO ORGANIZAR ARGUMENTOS SUBORDINADOS O CONCATENADOS


En la entrada anterior introdujimos una estructura compleja de argumentación llamada argumentos subordinados (argumentos concatenados). Como dijimos en esa oportunidad, los argumentos subordinados son cadenas de argumentos, unos en apoyo de otros. En esta entrada verás cómo puedes organizarlos al momento de redactar argumentos y cómo identificarlos en los textos de otros.

1- Notación que usaremos para representar la estructura de los subordinados


De ahora en adelante, un argumento subordinado básico será formalizado de la siguiente manera «C-P1-P1.1», donde P1 es la premisa directa de C (conclusión general), y P1.1 es la premisa directa de P1.

Nota que los subíndices nos permiten extender indefinidamente la cadena de subordinación, además hacen fácil la determinación del puesto de los elementos del argumento; por ejemplo, la premisa P1.1.1.1 es la premisa que apoya directamente la premisa P1.1.1.

2- En qué patrones puedes organizar o conseguirte los subordinados básicos

Así como los argumentos simples expresados mediante el lenguaje natural pueden tener lugar en diversos patrones, los argumentos subordinados también. Solo trabajaremos con patrones de subordinados básicos, pero se supone que nuestro análisis es (más o menos) generalizable a subordinados más complejos (por ejemplo, que tengan tres o cuatro premisas).

Estos son los patrones de subordinados básicos:

  • C-P1-P1.1
  • C-P1.1-P1
  • P1-C-P1.1
  • P1- P1.1-C
  • P1.1-C-P1
  • P1.1-P1-C  


Veamos un ejemplo para que entiendas qué queremos decir con la organización de estos patrones. Supongamos que nuestra amiga María ha llamado seis veces a la casa de Juan y nadie contesta. En tal caso, pudiera dar el siguiente argumento «Juan no está en su casa, porque nadie contesta las llamadas», este argumento (que, dicho sea de paso, es derrotable) es un argumento simple cuyo patrón es C-P1, es decir, primero viene la conclusión (Juan no está en su casa) y luego viene la premisa directa (nadie contesta las llamadas). Supongamos que, en ese ejemplo, alguien nos pregunta «¿por qué dices que nadie contesta las llamadas en casa de Juan?», es decir, esa persona pone en tela de juicio mediante un «por qué» la premisa 1; en tal caso, pudiéramos replicar: María nos ha dicho que ha llamado seis veces y nadie contesta. Nota que esta réplica está apoyando la premisa 1 que había sido cuestionada, así que se ha formado una estructura subordinada de argumentos: C-P1-P1.1, donde P1.1 es «María nos ha dicho que ha llamado seis veces y nadie contesta».

3- ¿Qué marcadores argumentativos se usan con los argumentos subordinados?

Recuerda que los marcadores argumentativos son palabras o frases que, normalmente, señalan que estamos ante un argumento (por ejemplo: por lo tanto, porque, pues, en conclusión). Pues bien, en cada uno de los patrones que hemos visto normalmente se expresan ciertos marcadores argumentativos. Veamos algunas de esas expresiones (el cuadro es, evidentemente, no exhaustivo). El ejemplo real que tomaremos es una variación de un argumento que ya pusimos de ejemplo en la entrada anterior:

C: no es inmoral experimentar con embriones humanos (E.H);
P1: los EH no sufren;
P1.1: los EH no sienten dolor.

En el siguiente cuadro presentamos el patrón, un ejemplo abstracto de los marcadores que frecuentemente acompañan ese patrón y un ejemplo real.
  
Patrón
Ejemplo abstracto
Ejemplo real



C-P1-P1.1

«Concluimos que C, porque P1, y esto porque P1.1»

«Afirmamos que C, dado que (hemos probado que) P1, ahora, P1 por cuanto P1.1»

«C, por cuanto P1, y esto último dado que P1.1»


«Concluimos que no es inmoral experimentar con EH, porque los EH no sufren, y esto porque los EH no sienten dolor»


C-P1.1-P1

«C, pues, dado P1.1, (debemos concluir) P1»

«Debemos concluir que C, porque al tener lugar P1.1, también tiene lugar P1»



«No es inmoral experimentar con los EH, pues, dado que los EH no sienten dolor, los EH no sufren»


P1-C-P1.1

«Dado P1, (podemos concluir que) C; y la evidencia (razón, justificación) de P1 es que P1.1»

«P1, de manera que C; y lo primero es así en virtud de P1.1»


«Dado que los EH no sufren, no es inmoral experimentar con los EH; y la evidencia de que los EH no sufren es que los EH no sienten dolor»

«Los EH no sufren, de manera que no es inmoral experimentar con los EH; y lo primero es así en virtud de que los EH no sienten dolor»


P1-P1.1-C

«P1, porque (dado que, por cuanto) P1.1. Como consecuencia (conclusión) de todo lo anterior, C»

«Tiene lugar P1, dado P1.1; en conclusión, C»


«Los EH no sufren, pues los EH no sienten dolor. Como consecuencia de todo lo anterior, no es inmoral experimentar con los EH»


P1.1-C-P1

«Tiene lugar P1.1, así que debemos concluir C, porque P1»

«En virtud de P1.1, nuestra conclusión es que C; esto último porque P1»


«Los EH no sienten dolor, así que debemos concluir que no es inmoral experimentar con los EH, porque los EH no pueden sufrir»

«En virtud de que los EH no sienten dolor, nuestra conclusión es que no es inmoral experimentar con los EH; esto último porque los EH no sufren»

P1.1-P1-C

«P1.1, por lo tanto, P1; de manera que (en conclusión)

«Dado (en virtud, por cuanto) P1.1, P1; de allí que C»


«Dado que los EH no sienten dolor, los EH no sufren; de allí que no es inmoral experimentar con los EH »

4- Empaquetando todo – cómo puedes crear y organizar tus argumentos subordinados

En primer lugar, puedes usar la técnica del «por qué» para determinar cuáles son las razones que apoyan tu idea u opinión, y luego para determinar las razones que apoyan dichas razones (y la cadena puede seguir). Guíate por la manera como lo hicimos en el ejemplo de Juan. Una manera más detallada de conseguir razones puedes conseguirla en los primeros tres psos de esta mini-guía.

En segundo lugar, determina en cuál patrón sería natural organizar tu argumento subordinado. Te recomiendo que mantengas las cosas simples (¿conoces el acrónimo KISS? Keep it simple, stupid).

Ten cuidado con esos patrones que intercalan premisas y conclusión (P1-C-P1.1 o P1.1-C-P1), porque puedes confundir a tu audiencia y puede ser engorroso si luego debes agregar otras razones.

Otra recomendación: si tu objetivo es convencer a alguien de una conclusión que se le hace difícil aceptar, es preferible comenzar poniendo las premisas primero, especialmente aquellas que crees que dicha persona sí aceptará. Si de buenas a primeras le brindas la conclusión, la pondrás en estado de defensa y muy difícilmente la convenzas de nada, por muy buenas razones que tengas.


En tercer lugar, agrega marcadores argumentativos que hagan fluido el texto. Puedes usar los que te he puesto en el cuadro u otros que creas convenientes, pero, por favor, no dejes sin marcadores claros tu texto, pues puedes crear confusión y ambigüedad: si te digo «la fiesta terminará tarde, habrá mucha cerveza» ¿cuál es la premisa y cuál es la conclusión?



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