EJEMPLO DE FALACIA DE LA PENDIENTE RESBALOSA EN EL DEBATE SOBRE EL MATRIMONIO HOMOSEXUAL
(Este artículo es una versión reformada de uno publicado hace dos años en este mismo blog).
En la página tfpstudentaction.com (una agrupación de jóvenes estudiantes que, en sus palabras, defienden y promueven los valores morales en los campus universitarios y más allá) se brindan una serie de argumentos en contra de la legalización del matrimonio homosexual. Uno de esos argumentos es un claro ejemplo de un tipo de falacia llamada «falacia de la pendiente resbalosa». Veamos.
El argumento es el siguiente (traducción mía):
Si el «matrimonio» homosexual es universalmente aceptado como el
paso actual de la «libertad» sexual, ¿qué argumentos lógicos pueden usarse para
detener los siguientes pasos del incesto, la pedofilia, o la zoofilia y otras
formas de comportamiento antinatural? De hecho, los elementos radicales de
ciertas subculturas de «vanguardia» ya abogan por tales aberraciones
El argumento de la pendiente resbaladiza es
una forma extrema de argumentación a partir de las consecuencias negativas que
consiste en advertir que si se toma un primer paso (una primera acción), que puede
parecer razonable, la cadena de eventos que se desatará no podrá detenerse y
conducirá a un resultado terrible.
Muchas veces se considera que toda pendiente
resbaladiza es falaz. No es verdad. La falacia se presenta, al menos, en dos
casos: (1) cuando los vínculos
causales que se señalan van debilitando la plausibilidad o probabilidad del
resultado final hasta hacerlo muy poco (o nada) plausible; (2) cuando, en realidad, no son indetenibles los efectos de
realizar el primer paso. En los casos falaces, la fuerza persuasiva del
argumento es más emocional que racional: es tan terrible el resultado final que
abruma al oponente o al auditorio que escucha el argumento. Es lo que se llama
una «táctica de miedo».
En los casos no falaces, cada paso causal no debilita
tanto la causa final y se corre el peligro de que, en realidad, los efectos sean
indetenibles. Por ejemplo, es posible que aceptar una norma o
regla implique un conjunto de decisiones que, efectivamente, conduzcan a
efectos desastrosos a largo plazo. Imaginemos
que un comerciante acoge la regla «los viernes venderemos todos los productos
por 20 dólares». Alguien pudiera criticar mediante un argumento de pendiente
resbaladiza razonable: «ni se te ocurra tomar esa medida, a menos que quieras
quebrar. Vender por 20 dólares todos los productos los viernes causará que la
mayoría de las personas esperen hasta el viernes para comprar nuestros
productos más costosos; eso hará que los productos menos costosos, pero con más
margen de ganancia, bajen sus ventas; mientras que no recuperaremos lo
invertido en los más costosos; esto último, a su vez, causará que nuestros
márgenes de ganancia bajen mucho, lo que hará que, a mediano plazo, la empresa
no sea rentable». Aunque algunos pasos de la cadena pueden resultar menos
plausibles que otros, en general el argumento es lo suficientemente razonable
como para tomarlo en cuenta seriamente.
Volviendo al argumento en contra del
matrimonio homosexual, se nos dice que si se permite ese tipo de matrimonios,
como un paso más de la libertad sexual, nada impedirá los próximos pasos de
«libertad» sexual: «¿qué argumentos lógicos pueden usarse para detener los
siguientes pasos del incesto, la pedofilia, la zoofilia y otras formas de
comportamiento antinatural?».
En el argumento hay varios problemas por los
que podemos concluir que no es un buen argumento. Sin embargo, lo más
destacable es la falacia de pendiente resbaladiza: no es verdad que los efectos que se mencionan sean indetenibles si se aprueba el matrimonio
homosexual. Hay dos razones que sirven para apoyar esta posición: (1) desde
el punto de vista lógico, sí hay razones que detienen la pendiente; (2) los
casos reales muestran que los efectos de permitir el matrimonio homosexual no conducen
inevitablemente a permitir la pedofilia, el incesto o la zoofilia.
(1) Desde el punto de vista lógico, sí hay
razones que detienen la pendiente: Aunque se defienda el matrimonio homosexual sobre la base de la libertad
sexual, eso no quiere decir que todo tipo de conducta sexual debe permitirse con fundamento en dicha libertad sexual. Un
principio básico de las sociedades abiertas (y democráticas) es que si una
conducta perjudica a terceros, entonces (en principio) no debe estar permitida;
en otras palabras, tienes libertad para hacer aquello que no perjudique a otro.
Este principio es la esencia de la llamada libertad negativa (Isaiah Berlin).
Aplicando el principio de la libertad negativa
a nuestro caso, hay razones para que el incesto (que no sea con consentimiento
entre adultos), la pedofilia y la zoofilia no se permitan, pues perjudican a
terceros que no han consentido o que no tienen completamente formada su capacidad
para decidir de manera responsable.
(2) Los casos reales muestran que los efectos
del matrimonio homosexual no conducen inevitablemente a permitir la pedofilia, la zoofilia o
todo tipo de incesto: por poner ejemplos relevantes, en Holanda, España, Portugal,
Francia, Brasil, Argentina y Australia permiten el matrimonio homosexual, pero
prohíben el incesto con niños o no consensuado. En la República de Irlanda se permite
el matrimonio homosexual, pero no, el incesto (de cualquier tipo). De igual
manera, todos estos países «liberales» prohíben las relaciones pedófilas y la
zoofilia (en el caso de Argentina hay un proyecto para prohibir la zoofilia).
En conclusión, en este ejemplo se comete la
falacia de pendiente resbaladiza: no es
verdad que los efectos que se mencionan (permitir el incesto, la pedofilia y la
zoofilia) sean indetenibles si se aprueba el matrimonio homosexual. Se apela, más bien, al miedo de las personas ante las consecuencias terribles de legalizar algunas de estas prácticas.
Fuentes:
Comentarios
Publicar un comentario